¿Quién financia la violencia de Kasai?

Conozco dos personas que ahora mismo viven angustiadas por una violencia que se encuentra lejos, pero se siente muy cerca.

Ambas son mujeres y vienen de Kasai.

Una de ellas es mi compañera de doctorado en la Universidad de Deusto y la otra es una monja misionera andaluza que hace unos años se trasladó a vivir y trabajar a Mbuji-Mayi, la capital de Kasai-Oriental.

Hablan de la violencia de Kamwina Nsapu, jóvenes que se colocan una bandana roja en la cabeza y están cometiendo atroces actos de violencia.

La población está huyendo aterrorizada hacia Angola y el gobierno de Kabila está respondiendo con una represión brutal. Es el comienzo de un nuevo ciclo de violencia en una zona de la RD Congo que había vivido en relativa paz hasta hace poco.

Es difícil entender esta violencia atroz.

Probablemente, sean muchos y complicados los motivos que conducen a que unos muchachos jóvenes se armen con machetes y navajas para destripar sin piedad a compatriotas. Muchas razones históricas, económicas, sociológicas, culturales e incluso afectivas que desentrañar. Probablemente, mucha manipulación y oscuras maniobras para fomentar esta violencia en un contexto de fuerte desestabilización política por la negativa de Joseph Kabila de convocar elecciones democráticas para diciembre de 2017.

Pero lo que está claro es que estos conflictos no se financian solos.

Kasai es una provincia diamantífera, produce un 80% de la producción industrial de diamantes de la RD Congo y un porcentaje alto de la producción artesanal. El gobierno de Joseph Kabila es propietario de los diamantes de Kasai.

En ALBOAN llevamos un tiempo haciendo seguimiento a la situación del este de la RD Congo y reivindicando una legislación que mejore la diligencia debida de la cadena de suministros de minerales. Desde un principio ya sabíamos que la guerra del este de la RD Congo no pararía solo por que exista una legislación (además, defectuosa) a miles de kilómetros. Pero lo que sabemos es que se puede hacer algo presionando para cortar las vías de financiación de los grupos armados, guerrillas e incluso el propio ejército. Que merece la pena actuar desde fuera para romper los vínculos entre conflictos y extracción de minerales.

En Kasai, es hora de hacerse preguntas.

Y puede que en los diamantes haya algunas respuestas.

Mis amigas continuarán angustiadas. Seguirán apelando a la atención y a la solidaridad internacional para atender a las víctimas, y nos animarán a que presionemos desde fuera para romper esos vínculos fatales.

Lo que nosotras en ALBOAN tenemos claro es que vamos a tener que aprender mucho sobre los diamantes y el proceso de Kimberley.

 

Alicia Aleman Arrastio
07 de julio de 2017