El pasado 8 de noviembre, la Comisión Europea lanzó su iniciativa para fomentar «el liderazgo mundial de la UE en el ámbito de los vehículos limpios«. El desafío es doble: por un lado, lograr posicionar la industria automovilística europea a la vanguardia de la innovación y el desarrollo tecnológico necesario; por otro, reducir nuestras emisiones de CO² en un 40% de aquí a 2030, que es el compromiso adoptado en el Acuerdo de París.